Quiero compartir con todos aquellos que ingresen a este espacio, un montón de recuerdos que son parte de mi niñez, adolescencia y juventud.
Recordaremos juntos de esos años 60, 70 y 80:
Las series y programas de televisión y sus actores
El cine y el teatro
Los automóviles
La música y sus intérpretes

Los deportes y sus protagonistas
La ciudad y nuestro barrio
Sitios de esparcimiento y diversión
Sucesos históricos

Costumbres de la época
Historias y personajes
……entre otras cosas.


14 de enero de 2015

QUE COLECTIVOS LOS LEYLAND !!!

Los grandes colectivos de línea, siempre estuvieron dando vuelta por las angostas calles de Buenos Aires.
Recuerdo a los Leyland con sus tres puertas, en los cuales solía viajar de chico en la década del 60, cuando muchas líneas de ómnibus los tenían en su flota. 
Estos autobuses, colectivos para nosotros, venían carrozados desde Inglaterra y  estaban pintados de color aluminio, destacándose en el tránsito de la ciudad por su porte y la puerta de descenso en la parte trasera, cosa poco común porque en aquellos años, mediados de los ’60 los colectivos porteños todavía no tenían puerta atrás, subiendo y bajando los pasajeros por la puerta delantera.
Seguramente por eso los Leyland llamaban tanto la atención, y si a eso le sumamos el color uniforme plateado de sus carrocerías que no tenían ningún filete, como era habitual en los colectivos de la época, despertaban curiosidad cuando uno de los veía circular por las calles y avenidas.
Tenían 44 asientos tapizados en cuerina de color verde o marrón, en dos filas de a dos, y sobre las ruedas, para mayor comodidad, los asientos estaban enfrentados al pasillo central, en grupos de tres.
Los choferes de esos años cortaban el boleto con una precisión envidiable y además como muchos recordaran cobraba y daba el vuelto, completando ese escenario el guarda que cada tanto subía y te marcaba los boletos. 
Recuerdo que en el techo a lo largo  y en paralelo, corría un cordón, para que cuando alguien iba a bajar, tirara del mismo y en el frente se accionaba una campanilla que le avisaba al chofer que debía detenerse en la parada.
Eran muy altos, de línea frontal y cuadrada que los hacia parecer micros de larga distancia cuando uno los comparaba con los modestos Bedsfords y Mercedes de la época.  
Gente que carga años seguramente recuerda cuando estos ómnibus a principio de la década del 60, reemplazaron a muchas líneas de tranvías que circulaban por la ciudad.
Muchos los recordamos y otros seguramente acaban de descubrir su existencia, pero los Leyland formaron parte de la historia de nuestra ciudad.